sábado, 26 de marzo de 2011

EL OTRO REPORTAJE (homenaje a Alejandro Dolina*)

Buenos Aires, 1995. Llovía. La entrevista ya llegaba a su fin. El artista concluía con su última respuesta con una fingida sonrisa dibujada en su cara. Extendí mi mano y presioné el stop del grabador. Lo saludé cordialmente y prometí enviarle un número de la revista cuando se editara. Decidí terminar mi café antes de irme. Me puse los auriculares y retrocedí un poco la cinta para verificar que la grabación de la charla se había logrado con calidad. Fue entonces cuando se me acercó un tipo de traje, funyi y un pañuelo colorido en la solapa.

- Disculpe
- me dijo - podría hacerme un reportaje, yo soy un contestador de reportajes y usted, por lo que veo, una periodista.

- ¿Un qué? - pregunté iniciando ya la nota.

- Me llamo Adelmo Ramos. Mucho gusto. Soy un «Contestador de reportajes».

Instintivamente, estiré mi mano y presioné nuevamente el recplay del grabador.

- Bueno - le dije - y yo soy una preguntadora de reportajes, mucho gusto. Ahora, dígame ¿Por qué decidió ser un «Contestador de Reportajes»?

- Porque es la única manera de contradecirse con total libertad – contestó con toda naturalidad. La respuesta me sacudió, entre ironía y realidad, este hombre estaba jugando con mi velocidad mental.

- ¿Usted cree que las personas que contestan reportajes se contradicen? - pregunté ingenuamente.


- No. Yo no creo nada. Sin embargo, le voy a revelar algo: la contradicción es algo inherente a la humanidad misma. Cuando uno tiene juventud para poder hacer de todo, no tiene experiencia y, cuando por fin tiene experiencia, ya no tiene juventud. Y con el dinero pasa lo mismo, nos pasamos la vida trabajando para juntar dinero y hacer algo, cuando logramos tener el dinero necesario, ya no tenemos el tiempo ni la libertad para disfrutarlo.

No hice comentarios, sólo lo dejé hablar y, como un guiño a su teoría de la contradicción, siendo periodista, no pregunté… solamente escuché.

- Mire, algo básico: las pibas, de chicas, quieren verse más grandes y, cuando son grandes, quieren verse más chicas. Los políticos también, cuando son opositores dicen una cosa y cuando son parte del poder, otra. Y ustedes los periodistas tampoco se salvan
-
acusó.

Levanté mis cejas como demostrando asombro, aunque en realidad lo que sentí fue curiosidad por lo que iba a decir después.

- Critican todo y a todos, pero cuando los critican a ustedes dicen que no hay libertad de expresión, pero ¿acaso yo no tengo también libertad de expresión? Y, lo peor, saben que no todos los entrevistados pueden hablar acerca de todos los temas, e igual los hacen opinar. Y más todavía, dicen que son objetivos y los dos sabemos que objetivos, solamente, son los objetos. ¿Quiere que siga?


- Mmmmm…
- dudé sin negarlo pero decidí llevarlo al terreno de la reflexión general, sin discutir lo particular

- Pero la contradicción es sinónimo de incoherencia.


- ¿Y quién lo niega? ¿usted cree que el hombre es coherente?
– sostuvo.

- ¿Y usted es coherente? arremetí agresivamente.


- No. Pero yo no le dije que lo fuera. Es parte de mí. Y parte de usted también. Es parte de todos. De los lectores también, porque leen lo que quieren leer, aunque las palabras sugieran lo contrario. Pero, le digo, la contradicción puede transformarse también en poesía y ser furia y calma, un sí y un no, duda y certeza, amor y odio, todo junto, conviviendo irrefrenable y pasionalmente.
Contestó pausado pero convincente, prendió un cigarrillo y echó el humo triunfador. Me recliné, lo miré a los ojos y creyendo tener un póquer de reyes en mi mano lancé la última pregunta:

- Entonces, volviendo a su profesión
- y también a la mía, pensé -, ¿qué importancia puede tener hablar incoherencias todo el tiempo sabiendo que, además, pueden ser interpretadas de diferente manera a las que fueron dichas?

- ¿Qué importancia tiene la importancia? -
volvió a confundirme - La importancia de los reportajes retomó debería radicarse no en «quién contesta», sino en «qué es lo que se está contestando». Y saber que son tan libres de interpretación como cantidad personas existen.

Dijo. Póquer de ases para él. Dio media vuelta y volvió a sentarse en su mesa. Terminó su cigarrillo, pagó y se fue. El Autostop al terminar la cinta volvió a detener mi grabador.

No terminé el café pero, al desgrabar los dos reportajes, la última respuesta de Adelmo retumbó interminablemente en mi cabeza. A pesar de eso y de todo, terminé enviando el primer reportaje a la revista. Supongo que no hubieran querido editarme el de Adelmo. Y sí, el ser humano es incoherente.


* Adelmo Ramos es un personaje imaginario creado por Alejandro Dolina y que aparece en su libro «Crónicas del Ángel Gris», cuya lectura recomiendo. A este conductor, escritor, autor, músico… en fin, a este gran artista le agradezco su infinita capacidad de transmitir incoherencias.

16 comentarios:

  1. MUY BUENO CECILÁ, ME ENCANTÓ EL PERSONAJE Y EL TEMA DE LAS INCOHERENCIAS.YO CREO QUE TENDRÍAS QUE MANDÁRSELO A DOLINA . LE VA A GUSTAR.

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  2. Una de las riquezas humana mas importante es nuestro pensamiento, nos lleva a esa magia indescriptible que es la mística de imaginarnos cosas, las cuales seguramente recorren nuestro corazón, gracias Ceci por darnos esta cóctel mágico que nunca dejará de asombrarnos, a pesar de cualquier desafío tecnológico, por que leer es siempre inigualable.

    Mario Sequeira un cumpa

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  3. Muy bueno Ceci !!! es siempre un placer leerte !!! espero ponerme al dìa ya que vengo atrasado con los ùltimos blogaditos. Un beso grande. Maxi Berni

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  4. Muy buen y merecido homenaje. Dolina es un grande. Saludos!

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  5. Muy bueno, Cecilá. Te inspiran los homenajes!

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  6. A mí también me gustó mucho. Saludos! Yenny

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  7. Lo bueno de estos homenajes es que te dan ganas de leer a Dolina. Lo mismo pasó con Tato, lo lees y dan ganas de ver al Tato de América!

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  8. Muy buen blog, cecilá, felicitaciones!

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  9. Gracias Mari, volviste al primer puesto. Gracias Mario, muy bonito lo suyo. Maxi, qué lindo tenerte cerca, aunque sea con el océano de por medio. Gracias a Laura, Juan, Yenny y Pablo y a todos los que escriben, comentan y saludan. Besos!

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  10. Muy bueno. Humor inteligente, difícil pero necesario. Juan.

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  11. Grande Negro! Te quiero...

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  12. Bueno... muy bueno... quedé pensando cuántas cosas hacemos sin querer hacerlo, sólo porque sospechamos que la otra opción será rechazada por todo el resto de los mortales. Tal vez debamos confiar más en nosotros, no?

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  13. Gracias a todos por los mensajes.

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  14. Alejandro Dolina... lo escuchaba cuando empezó, con el gran Adolfo Castelo. Hace treinta años, calculo. Y me resulta interesante ver cómo el tipo sigue absolutamente vigente, haciendo el mismo humor que antaño. Eso hacen los grandes.
    Gracias. Mario.

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  15. También soy periodista y el dilema ese está. Si escribir sobre lo que vende o imponer lo más interesante, aun cuando no venda. Un debate interesante pero creo que cuando los medios se manejan con lo periodístico por encima de lo comercial, terminan ganando todos (aunque la riqueza que se genere nosea económica sino intelectual).

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