martes, 7 de diciembre de 2010

LA MODA NO INCOMODA

Por El Huber y Cecilá


¿Floggers? ¿Emos? ¿darkies? ¿Hippies? ¿Psicobolches? Seguramente, más de una vez nos hemos echado a reír al cruzarnos con algún flequillo peinado exageradamente hacia el costado o el “make up” mortuorio de algunos adolescentes, maquillaje que acompañan con un par de lentes de contacto blancos o rojos. Sin embargo -seamos sinceros-, cuántas veces hemos seguido, irracionalmente, los dictámenes de la moda, aún cuando esas directivas representaban los más ridículos esfuerzos. Porque, convengamos: ¿qué es la moda? Un disfraz que hoy luce bárbaro pero que, dentro de diez años, nos va a hacer descostillar de risa o morirnos de vergüenza, todo depende del humor de cada uno.

Vaya una anécdota familiar para ilustrar lo que digo: Giseál es mi prima, por eso sé que, desde chica, supo afrontar con admirable entrega los sacrificios que impone la moda. Con cinco años de edad, sabía lo que era el glamour (y sus costos); por eso, en pleno verano, iba a las arenas de Playa Grande enfundada en un lindo y espeso tapadito, cartera en mano y tacos ajenos (y más grandes) en sus pies. Todos, absolutamente todos, la miraban. Y, cuando llegaba el momento, cual Coca Sarli en ciernes, se quitaba el tapado y corría, en malla y siempre elegante, hacia las frías y saladas aguas marplatenses. Más tarde, ya de adolescente, recurrió a las recetas culinarias para despuntar el jopo que la moda imponía: primero se batía esmeradamente el pelo -mechón en mano y peine en otra- y, luego, lo empapaba en huevo, también batido, en lo que sería el antecedente casero de la crema para peinar, así como también el aceite de cocina para mantener los cabellos brillosos y enrulados.(Nota: no me consta que haya utilizado la fílmica receta de Cameron Díaz en “Loco por Mary”).

¿Cuánta gente, voluntariamente, cedió su libertad de criterio, y hasta una parte importante de su comodidad, para caer presa en las garras de semejante tirana? Mucha. Más de lo que muchos quisieran admitir.

De no ser así, explíquenme por qué extraña razón tantas fotos de épocas pasadas desaparecen misteriosamente de los álbumes familiares cuando, en un ataque de nostalgia los revisamos y… ¡¡¡Horror!!! Vemos que quedaron como mudos pero explícitos testigos de las más extrañas cosas que hayamos podido usar o hacer, en aras de Su Soberana Majestad, “La Moda”.

Desde los peinados hasta las botas, pasando por camisas, vestidos, trajes, corbatas y cualquier otro elemento que se les ocurra, todos perseguimos ese objeto específico que nos daría el status social que la moda conlleva en el momento de auge. Eso sí, calendario de por medio, también sentimos la vergüenza y la incredulidad no sólo de haberlo usado sino de haber gastado unos buenos mangos en adquirirlo (¡¡y los que estaríamos dispuestos a pagar para que se borrara cualquier prueba incriminatoria!!).

Sabemos que la tendencia original es atribuir este voluntario esclavismo al género femenino pero, no seamos hipócritas, el fanatismo por las modas trasciende las limitantes de género (y de condición social, cultural, etc.). Bigotes finitos, gruesos mostachos o largas melenas devenidas en patéticos cobertores de incipientes peladas son también ejemplo de esto que digo.

Sin limitarnos a la ropa, hay cantidades de cosas que hicimos, hacemos y haremos para que todo nos quede artificialmente natural (de eso se trata la moda): que el pelo más claro (o más oscuro), que el ansiado cabello enrulado (léase: pocos años más tarde, será alisado), que la barba afeitada al ras (anteriormente conocida como barba hirsuta y enmarañada), y las mayores o menores expresiones vellosas que, como la tala indiscriminada, van dejando antiguos bosques reducidos a cuidados jardines mínimos.

Por estos vaivenes de la moda, y por todo lo que hacemos después del arrepentimiento para borrar las huellas de su paso por nuestro cuerpo, admiro la valentía de aquellos que se tatúan, sin pensar en el cambio que (incluso mañana mismo) podrán tener en los gustos propios o socialmente adquiridos. Imagino largas sesiones de “tormentas de ideas” caseras buscando transformar ese nombre que, tiempo atrás, era la unívoca representación del amor eterno, y que hoy se aleja en brazos de otro/a, en algo que exprese su actual sentimiento (un cráneo aplastado, un zapato pateando un culo… o el teléfono de un buen abogado de divorcios).

Pero, aun cuando no cambie el nombre de la compañera/o de vida, sí cambiarán los cuerpos y, en consecuencia, el ingenuo tatuaje actual podrá mutar a otro monstruoso: de delfín juguetón a ballena asesina, de jilguerito a tucán, de serpiente a hipopótamo, de símbolo chino a réplica de ruinas arqueológicas, o de escudo de club de fútbol a cartel de señal de tránsito. Por ende, repito, admiro a quien desafía el paso del tiempo y sus consecuencias, poniéndole literalmente el cuerpo a la moda.

Al resto, como recurso para evitar futuros dolores de cabeza, nos queda esquivar los flashes ajenos cuando, en medio de un casamiento o cumpleaños, nos quieran robar el alma y eternizar nuestra “moderna” juventud. O bien, admitir, de una vez por todas, que vivimos voluntariamente esclavizados a las ocurrencias de un puñado de tipos que, cada año, cambian el color y el estilo de la ropa que se fabrica para que todos creamos que tenemos que renovar el guardarropa, nuestro peinado o nuestro maquillaje para estar definitivamente “in”. Al menos, asumiendo esto, tal vez podamos tomarnos las imposiciones con más humor o menos obediencia.

18 comentarios:

  1. Hola Ceci me pareció muy bueno este blogadito, y me siento totalmente identificada con las cosas que hacemos para estar a la moda. Yestotalmente cierto que cuando miro fotos antiguas es cierto me veo joven ( lo cual es lindo ) pero ridículamente vestida. De todos mosdos y a pesar de ser ya una señora grande,me gusta la moda y dentro de lo posible, sin llegar a la exageración,trato de estaracorde con ella.T E MANDO UN BESO.

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  2. ¿Asi que Gisela se ponia clara de huevo? Despues que hacía ¿se iba a bailar merengue? Yo entre los 16 y 17 años me ponía jabon y cuando éste secaba, me paraba los pelos al estilo Robert Smith. El pelo parecia cartón. Yo para estar a la moda punk/dark usaba unos borceguíes que me quedaban chicos. Eso era sufrimiento. Igual era barato. Jeans gastados y rotos, un buzo negro al revés todo roto (el truco era sacarle el cuello y el final de las mangas para que se desilache).
    Los darkies de ahora parecen muñequitas, los de antes eramos mas roña, estaba mas emparentado con gente del colegio industrial. De ahi que el grupo dark furor de mediados de los 80 (85 y 86) fuera Don Cornelio y la zona, surgido del ENET Nº4 Cornelio Saavedra. Me fui por las ramas. Haganse cargo de quienes fueron y sus mutaciones, no oculten fotos viejas, si no ¿de que nos reimos los demás?

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  3. No se si es porque soy varon, pero nunca le di bola a la moda....por lo menos en vestimenta, etc.

    Si noto que en Argentina sigue predominando un look 70s entre los hombres (jovenes y no tanto), cosa que no se ve en el resto del mundo.

    En otras partes del mundo, el pelo largo en el hombre es muy identificado con el ambiente rockero, y genera prejuicios.

    Cesar

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  4. Yo, en mi adolescencia rockera, me colgaba en el cuello unos collares con esos dientes feos de un falso animal muerto.Era la época de Bon Jovi y Poison a full, ahora queda mal decirlo, pero por entonces todos eran fans del hair rock!!!! Jaaa!!!

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  5. Roland Barthes, ese maravilloso semiólogo francés, decía que la moda es una legua sin habla, porque homogeniza y no permite la expresión individual.

    Por eso, yo, que siempre fui una libre pensadora, jamás seguí los caprichosos dictámenes de la moda. De chica, aseguro que nunca usé collares de chupetitos plásticos multicolores. Tampoco caí en la humillante tentación de lucir con total orgullo “vestidos bobos” a lunares ni teñí en mi adolescencia el pelo de color violeta. Si encuentran alguna foto, sepan que no soy yo, es otra parecida.

    Por la misma razón, para mantener mi reputación intacta, ya planifiqué que, en un futuro, cuando mis nietos encuentren mi notebook en un polvoriento rincón y se asombren no solo del vetusto aparato sino de la foto que aparecerá en el fondo de pantalla, les negaré, con la misma energía, que la joven con calzas de diminutas florcitas transformadas esplendorosos girasoles a la altura de las caderas sea su abuela.

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  6. ja ja. Es verdad, todo lo que hacemos para estar a la moda !!! En mis veintipico se usaban los zapatos con plataforma con pantalones oxford (notese la delicadeza: el pantalon de bocamanga ancha tapaba la plataforma, y ohhh milagro, todas las bajitas pasabamos a ser normales!!!!)
    Ademas, como las plataformas eran muy altas, no habia mucha estabilidad, y la verdad me pasaba la vida en la vereda....

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  7. Yo confieso que atravesé todas las modas, dejándome seducir por cada una: pantalones pata de elefante, luego chupines, luego nevados, luego calce profundo, luego palazzos, luego entallados. Pero, no hay caso, no me acostumbro a los pantalones que tienen el tiro por la rodilla, parecen pañales de manga larga! Muy bueno!
    Claudia.

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  8. Boina de coté y pullover punto inglés. En las fiestas de 15, fija fija, todas vestiditas con el mismo atuendo. La moda es maravillosa, ja ja ja. Muy bueno!!!

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  9. Gracias a todos los que escriben: Pablo, Leandro (me consta que es difícil imaginarlos con esos perfiles que cuentan, pero les creo). Gracias Susi, fiel seguidora de la moda, pero con estilo. Gracias Claudia y Pao, y bienvenidas.
    Y Natimí, yo sí puedo negar con convicción el vestidito bobo, pero no tanto mi corte colectivero y mis camisolas tres taller más grandes (creo que, al dái de hoy, me quedarían enormes).
    Gracias a los que escriben por facebook o por correo privado (Patricia, Diego, Laura).

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  10. Gracias César, también. Saludos a todos.

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  11. Por mi parte, comienzo por agradecer a Ceci por la invitación a participar de sus Blogaditos. Fue un ejercicio de colaboración 2.0 más que interesante y con un resultado que, dejando de lado la modestia, a mi me gustó mucho. Fue divertido escribirlo, armarlo en conjunto sin habernos conocido personalmente y verlo publicado. Lo más extraño es haber escrito algo así sin haber caído jamás, ni Ceci ni yo, en las garras de la moda (la negación ante todo!).
    Espero que tengamos la posibilidad de escribir más cosas juntos en el futuro.
    Gracias a todos por los comentarios y los espero también por mi blog:
    http://pensandofuerteyclaro.blogspot.com/
    Saludos!!

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  12. Gracias a El huber por su ingenioso y divertido aporte y por subirse a esta propuesta sin ningún interés más que el de compartir con todos ustedes una sonrisa.
    Recomiendo su blog, es sumamente interesante.
    http://pensadofuerteyclaro.blogspot.com

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  13. Agrego dos aportes que suman: el de Eduardo, vía mail, con una duda existencial: ¿sería por moda que Belgrano usaba calzas blancas?
    Y el de Sil que asegura haber pasado, por moda y sin escala, de la "toca" a la "permanente", luego a la tintura y por último a la peluca (después de tanto meter mano, parece que el cabello dijo basta).
    Saludos!

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  14. Bueniiisimo! Lloraba de la risa mientras lo leía. Lastima que mi mamá, que es la Sra. Kodak y saca foto de toooodo, no tenga una foto de ese momento mío llegando a las playas marplatenses... Soy una incomprendida, era una niña tratando de imponer una moda! No tuve existo por supuesto, pero bueno queda claro que lo mió es puro glamour! jajaja

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  15. Vamos a aclarles a todos aquellos lectores que llegan hasta el último de los comentarios que Gigio (o G!gio) es la misma persona que se nombra en este blogadito como Giseál. Por eso, la leerán haciéndose cargo de sus atuendos particulares para frecuentar las playas marplatenses. Saludos a todos.

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  16. Ufff... si habré usado ropa incómoda. Los pantalones y camperas de jean, sin ir más lejos, antes eran de jean-jean. Había que ser macho para llevarlos: eran de madera, no de tela!

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  17. JAJAJAJAJAJAJA¡¡¡¡¡¡ muy bueno¡¡¡¡
    No me importa, YO MORIRE CON EL SOMBRERO PUESTO, que tanto¡¡¡¡
    patri

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  18. Y hablando de moda lean esto:

    PARA USTED QUE LE ENCUENTRA BONITO ANDAR CON PANTALONES CAIDOS, LEA LA EXPLICACI ...ÓN: ESTA TENDENCIA NACIÓ EN LAS PRISIONES DE ESTADOS UNIDOS, EN QUE LOS RECLUSOS QUE ESTABAN DISPUESTOS A TENER RELACIONES SEXUALES CON OTROS PRESOS NECESITABAN INVENTAR UNA SEÑAL QUE PASE DESAPERCIBIDA PARA LOS GUARDIAS DE LA PRISIÓN PARA NO SUFRIR CONSECUENCIAS, POR ESO USABAN LOS PANTALONES ABAJO DE LA CINTURA, DE MANERA QUE AL MOSTRAR PARCIALMENTE LAS NALGAS DEMOSTRABAN QUE ESTABAN DISPONIBLES PARA SER PENETRADOS, SERÁ QUE UD. ESTA AJUSTANDOSE A PATRONES HOMOSEXUALES?...

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