viernes, 10 de septiembre de 2010

EL CONTAGIADOR CONTAGIADO

- No sos gordito –le dije a mi amigo– además, si fueras gordito, ¿cuál es? Si, al fin y al cabo, lo estético no es lo importante.
- ¡Hipócrita! –me acusó él– lo decís porque sos flaca, ¿vos saldrías con un gordito?
- Sí, he salido con gorditos – contesté.
- ¡Mentira! Todos los que dicen eso, son funcionales a la sociedad que castiga a los gorditos, sólo por ser gorditos – respondió tajante.
- Bueno, yo lo digo para que sepas qué es lo que piensan los demás de vos y no sufras por algo que no es – intenté.
- No quiero renunciar a lo estético sólo porque no es importante, a mí me haría sentir mejor ser más flaco y punto- concluyó.
No logré el objetivo.

Alguien, alguna vez, elaboró una teoría sobre mí y me dijo que, por un lado, yo podía captar las emociones de la gente que me rodeaba y que, a partir de eso, solía lograr conexión con ellos: para decirlo gráficamente, sufrir cuando alguien cercano sufre y gozar cuando alguien cercano goza. A la vez, y por otro lado, me dijo también, que yo tenía cierta capacidad de poder transmitir y contagiar a los otros con mis propias emociones. Algo que primero emparenté la sugestión del otro. Pero, dado el fracaso del primer diálogo, me propuse analizar la teoría para terminar de desecharla.

Para comprobar este supuesto, que se hamaca entre el egoísmo y la comprensión, apelé al mundo de las respuestas televisivas y consulté el listado del llame-ya, en el cual todos los artefactos son perfectos y a precios regalados, pero no vendían ningún registrador de emociones para comparar lo que yo creía que el otro sentía con lo que marcara el registrador. Por tanto, salté al mundo de las ideas (modernas) que, replicando a Platón, se multiplican infinita y desordenadamente en Internet. Allí, encontré una posible forma de verificar mi propio termostato emocional: el bostezo.

Dicen en la web, que el bostezo es contagioso sí y sólo sí (chequeen el término científico) el contagiado y el contagiador pueden establecer una relación de empatía. De este modo, el contagiado es alcanzado por la necesidad irrefrenable de bostezar a cinco segundos de ver un bostezo ajeno sólo cuando “puede ponerse en la piel del otro”, es decir, en la piel de quien bosteza, todo esto, según el versículo .com del Sagrado Testaferro según San Bill.

Habiendo creído encontrar la verdad de la milanesa en la red de redes, me dispuse, presta, a llevar a cabo un trabajo de campo que me sirviera, por fin, para verificar si yo era buena receptora y/o buena transmisora emocional.

Así fue que, tratando de comprobar si me contagiaba, me pasé dos meses buscando caras con bostezos en el subte, tren y colectivos de Capital y el conurbano bonaerense. No fue nada difícil.

Me topé con bostezos que dejaban ver caries, arreglos de caries, fundas de oro, huecos, un cacho de pizza y un cepillo de dientes olvidado. Bostezos en do, bostezos mudos, bostezos quejosos y bostezos que mueren en fuertes suspiros aguditos. Bostezos que arrugan frentes, bostezos que cierran ojos, bostezos que vuelcan cabezas, bostezos de los que escapan lágrimas, bostezos que babean, bostezos impolutos, bostezos chantas (de los que, a continuación, se hacen los dormidos para no ceder el asiento), bostezos entrecortados, bostezos continuados, bostezos que hacen temblar las manos, lluvia de bostezos.

Siempre me contagié. Por tanto, no es que sea yo una persona que se aburre fácilmente o vive con sueño, sino que logro la famosa empatía, es decir, logro percibir lo que le pasa al otro.

Sin embargo, he de declarar que mi bostezo (contagiado y recontagiado) siempre mantuvo mi propio estilo de bostezo: me contagio, pero bostezo desde mi “yo”, desde mi perspectiva, desde mi forma de sentir el bostezo, desde mi realidad: la interpretación de lo que el otro piensa o siente, siempre se hará desde mi perspectiva, con el error que ello implica. Entonces, quizás el error sea confiar demasiado en lo que uno supone que el otro piensa, un desacierto que parece ir creciendo cada vez más, a la par que disminuye el diálogo cara a cara.

Ustedes dirán que me resta ver si yo puedo contagiar a los demás. Pues eso lo estoy comprobando ahora mismo, mientras ustedes leen la palabra bostezo 44 veces en el presente texto. Si tengo poder de contagio, estarán bostezando. Si no, tampoco logré este objetivo.

20 comentarios:

  1. Es la primera vez q leo algo divertido y bostezo igual!!! Buenisimo Cecilaaaaaaaaaugh...

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  2. Hello Cecilia,

    Yo no se eso de contagiarse el bostezo....empiezo a trabajar a las siete de la mañana, y la chica que tengo al lado se la pasa bostezando.

    Si pude dormir bien y estoy despierto, la miro con pena.

    Si estoy con sueño tambien, no la veo bostezar ya que se me cierran los ojos del cansancio.

    (De hecho, si cerras los ojos, dejas de bostezar y pasas a un mundo mejor.)

    Cesar

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  3. Nunca presté mucha atención a eso del bostezo , pero ahora me voy a fijar si logro contagiarme o no , por eso de la empatía que me gustó!!! Elba

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  4. Muy buen blog! Me gustaron mucho los dos primeros post y el de los nombres. Con este bostecé pero no de aburrimiento, ja ja!
    El diseño está buenísimo.

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  5. ja ja, el bostezo viene despues de la risa !!!! Para tomar aire. Muy bueno. Ahora cada vez que vea a alguien bostezando me voy a acordar de vos. Beso

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  6. Yo también bostecé! significa que soy empática? mirá vos... Lo que sí, le pongo un poroto al gordito: me gustó lo que dijo!

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  7. Qué difícil el tema de la gordura, yo fui gordo y es todo un problema "a digerir". Ahora, gordi, si te hace sentir mejor bajar 5 kilos, bajálos y listo! Yo bajé 15, y me siento otro.

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  8. Que loco!! la empatia se transmite hasta por el monitor, sisi yo también bostece... hasta me lloran los ojos jajajaja

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  9. Ceci, me contagias hasta cuando cantás! Ni hablar todo lo que bostecé y me reí, simultáneamente.
    Paooooooooooooooooooo

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  10. Muchas cosas se contagian, no sólo el bostezo: la tos, la risa (en algunos casos), la alegría. Para contagiarse, como bien decís, uno tiene que tener sierta permeabilidad. Si estás impermeable, por más que el contagiador sea pulenta, no te contagias. Besos bostezados!

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  11. El bostezo es una reacción física que busca oxigenar más el cuerpo cuando está cansado. El contagio se da cuando el contagiado está relajado (o bien también cansado). La empatía funciona con más fluidez cuando se comparten estados de ánimo: relajación, bienestar o nerviosismo. Saludos, Dr. Cureta.

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  12. Según leí, hay unas neuronas que llaman espejo que son las que nos permiten imitar o contagiarnos de algunos gestos que vemos en otros, como el caso del bostezo o la risa. Fijense que los bebés imitan cuando uno les sonríe. Sería eso, supongo. La capacidad de dejarse contagiar con el gesto del otro. Pero también es cierto que hay gente que contagia más que otra, en la carcajada se nota clarísimo.

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  13. Yo también poroto al gordito, pero uno solo, no quisiera que siga engordando por mi culpa. Saludos. P.L.

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  14. La gordura es todo un tema, a veces se puede superar y otras no. Pero siempre tiene que ver con lo que pensamos que el otro ve de nosotros. Y ahí es donde es acertado tu enganche con la empatía. Muy bueno. George (pero no W).

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  15. Que sea Havanna de chocolate (uy, ya me dieron ganas)

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  16. La gordura no es una cuestión de estética sino de salud, si un amigo gordo quiere bajar de peso hay que apoyarlo en la decisión. Es más, yo le hubiera dicho..."Sí, estás gordito...sería bueno cuidar tu corazón, piel y huesos...comé sano, aflojale al dulce de leche y mové el traste!"

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  17. Anónimo, coincido plenamente con vos. Pero, en este caso, la gordura no era tal sino no-flacura y la preocupación era, unicamente, estética. De allí mi respuesta. Saludos y gracias por escribir.

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  18. El trabajo de campo -real y virtual- es muy interesante y casi como una antropóloga develaste el ritual. Ah! para tu bitácora: bostecé dos veces al terminar de leer la nota!!
    Mi tesis empática,tiene que ver con conexiones, a ver... probemos (puede fallar)Cecilá ahora lograste percibirme y estás tan cerca que tus ojos se cierran con mi sueño. Bueno, como dije puede fallar, jaja! También estoy de acuerdo con Casandra; el diseño del blog es muyyy lindo.

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