viernes, 8 de julio de 2011

LOS POETAS DEL 378

De todos los colectivos, bus o micros en los que he viajado en mi vida, y al carecer de auto por mucho tiempo he viajado en muchos, en ninguno he visto tantos hombres piropeadores como en la línea 378.

Es increíble la cantidad de hombres, ancianos, jóvenes, y hasta niños que han proferido piropos en mi presencia. Realmente he de creer que algo más allá de lo racional impulsa al género masculino a enamorarse arriba de ése colectivo.

Los numerólogos podrán buscar las razones de tal fenómeno en la suma de cada cifra del número de la línea (3+7+8), o simplemente en esos números. Aquellos que crean en la fuerza y la energía de los colores, buscarán la causa en la combinación de la línea: rojo, blanco y azul. Los sociólogos, en tanto, estudiarán acerca de cuáles son los barrios en los que incursiona el 378 durante su recorrido, y de cómo es la gente que allí habita, para saber sobre su comportamiento social. Los poetas, en cambio, lo adjudicarán a la belleza de las mujeres que suben a este transporte, como la causa que genera en los hombres ese deseo desenfrenado a la galantería.

Yo, por haber subido repetidas veces a esa línea, puedo asegurar que nada de ello termina de explicar acabadamente este fenómeno amoroso. Prefiero creer en algún poder mágico, irracional, fantástico. Porque también hay que ver qué imaginación tienen estos poetas del asfalto suburbano. Hay de todo, desde el piropo delicado, dulce, tierno, que busca llegar a lo más profundo del corazón, hasta el más pícaro y provocativo. Pero nunca guarango. Jamás, en el 378, una dama se arrepentirá de haber sido halagada. Más aún, creo yo que la mujer que ha viajado en esa línea sólo vuelve a viajar en ella para ser agasajada nuevamente. De otra manera no puedo explicarme como una línea que mantiene un servicio tan deficiente puede congregar tantos pasajeros: los hombres para lisonjear, las mujeres para ser elogiadas.

Incluso algunos hablan de hombres que aventurados a seguir a sus doncellas han perdido el camino de regreso a su hogar (de soltero o de casado, en fin).

Lo destacable, además, es que los colectiveros se mantienen totalmente ajenos a este juego de seducción. De alguna manera esa inexplicable magia no los alcanza. Se imaginan a un chofer cambiando el rumbo de su recorrido por el afán de seguir a una muchacha. No. Por suerte, esto no ocurre.

Por eso, a todos aquellos que tengan la oportunidad de llegar hasta el borde de la Ciudad de Buenos Aires, más precisamente al barrio de Liniers, los invito a aventurarse en una travesía que a lo mejor, quién sabe, no tenga retorno...

9 comentarios:

  1. Muy bueno! Entré a este blog porque me lo recomendó una amiga: Buenísimo, me devoré unos cuantos textos y son geniales. Felicitaciones!

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  2. Encima hay algunas "unidades" decoradísimas, con banderines, espejitos, e iluminación de colores(apreciable solo en los viajes nocturnos) q ambientan el intento de levante. Son verdaderos boliches ambulantes!!!

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  3. Yo viajo en colectivo pero no me pasó de ser piropeada así. Estaré equivocando de línea? Quizás debiera buscarme un destino que esté cerca de ese colectivo para poder usarlo. Porque, vamos a ser sincera chicas, no hay nada mejor que un propo matutino para empezar el día!
    Muy bueno.

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  4. Ja ja... muy bueno. Yo soy hombre y les digo que a más de una mina les molestan los piropos, aun los ingenuos. Tal vez en el 378 se dé la combinación de hombres piropeadores con chicas a las que les gusta ser piropeadas. A dónde va este colectivo?

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  5. Yo también soy hombre, pero me gusta piropear a los hombres. Podré viajar en esa línea?

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  6. Muy bueno, che... Me estoy poniendo al día con los blogaditos.

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  7. Hace mucho que no leo tus blogaditos, siempre me gustan mucho. Sigue adelante, te felicito!!(como escribiría la maestra en el boletín.)me dispongo a seguir leyendo. besos tibabel

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  8. ESTIMADOS AMIGOS:
    La solucion para los impetradores (piropeadores sexuales) es de nunca más reprenderles de sus cortejos afables porque los tales represalian con el piropo.

    Atentamente:
    Jorge Vinicio Santos Gonzalez,
    Documento de identificacion personal:
    1999-01058-0101 Guatemala,
    Ciudadano de Guatemala de la América Central.

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  9. Gracias a todos los que comentan. Sepan que uno se divierte con los comentarios que agregan. Supongo que no hay problema de piropear a quien sea, menos en esta línea en la que, según dicen, opera un encanto especial. Saludos a todos.

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