lunes, 21 de junio de 2010

UNA CHARLA MUY ORAL

Gabicá es una de esas mujeres admirables, goza de la sabiduría que se aprende no en las bibliotecas ni en los congresos sino viendo en los otros un poco de cada uno mismo. Y no haciendo nunca lo que a uno no le gusta que le hagan. Con esa sencilla pero difícil premisa, entre otras, Gabicá va tejiendo el tramado de su vida con los colores más divertidos, amenos y agradables. Sincera como pocos, encaró su doble maternidad con tranquilidad y decidió no escaparse nunca por la tangente.

Una mañana, su hijo mayor se le acercó con la ingenuidad que suponen los diez años de vida y, recordando un comentario escolar escuchado el día anterior, le soltó a su madre. “Mami, ¿qué es sexo oral?”

En ese momento, lo admitió públicamente, Gabicá estuvo tentada de huir bajo la excusa de una ignorancia mentirosa o de esquivar la respuesta mandando al niño –varón- a hablar con su padre –varón- y asignarle a él –varón- el privilegio de las charlas de hombres -varones-.

Pero, fiel a su estilo, decidió afrontar el desafío. Rápidamente, muy rápidamente, intentó recordar los consejos televisivos de todos los programas que alguna vez en su vida pudo haber visto y, tan velozmente como los recordó, los descartó: ninguno servía para ese momento. Los segundos transcurrían demasiado rápido, mucho más que otros, y no quedó más tiempo para rajar de la situación… había que responder.

Su cara no pudo disimular la dificultad que le representaba responder una consulta tan simple e, inmediatamente, la invadieron una serie de preguntas auto referenciales que, de haberlas dejado crecer, la hubieran asfixiado más que la pregunta disparadora de su hijo: ¿por qué un niño de 10 años le hacía a ella una pregunta tan difícil de contestar? ¿Con qué términos responder? ¿Cómo describir un acto sin entrar en los detalles? ¿O cómo entrar en los detalles sin que den paso a otras preguntas peores aún?

La primera opción fue mentir y decir que se trataba de una “charla de dos personas sobre el tema sexo”; pero –claro- eso hubiera sido tratar a su hijo como a un perfecto tonto, algo que ninguna madre dejaría que le suceda a su hijo, salvo cuando se trata de una misma y, sobre todo, si ese recurso le permite escaparse de una situación “casi embarazosa”. Pero Gabicá desechó esta primera opción porque era demasiado egoísta privilegiar su comodidad por sobre las necesidades de su propio hijo. Además, pensó, “si pretendo que mi hijo confíe en mí, no puedo hacer otra cosa que responder como quisiera que él me respondiera cuando yo necesite que sea sincero conmigo”. Sabia decisión.

Descartadas la tentación de la retirada y la opción de la mentira, la única alternativa era la verdad.

“Mira…”, inició con la voz temblorosa mientras buscaba sacar a relucir su habilidad explicativa de docente, “el sexo oral es…”, prosiguió mientras buscaba en su diccionario mental las palabras y sinónimos más adecuados para responder, “es cuando una mujer… –‘má, sí’, pensó y le describió la situación: “es cuando un hombre o una mujer le pasa la lengua por ‘ahí’ a una mujer o a un hombre”.

El niño ni se inmutó.

Mientras le caían las gotas de transpiración por la nuca, transcurrió otro segundo interminable. Gabicá rezaba para que a su hijo no se le ocurriera consultarle si ella, al fin esposa y novia, le había hecho o le hacía eso a su padre.

Para tapar el silencio, Gabicá continuó con un “se trata de una forma de expresar cariño a su novio o novia, es parte de la intimidad de una pareja y debiera quedar como parte de la vida privada de cada persona” y, casi desesperada, sabiéndose enemiga de la mentira, se adelantó a una posible pregunta personal, “no se usa contar en público sobre estas cuestiones”.

El niño ni se inmutó.

Gabicá pensó: “ya está”. Lo miró para ver una posible reacción y, ya superada, esperó una repregunta mucho peor que su anterior.

“¿Y lección oral?”, preguntó el niño.

“¿Perdón?”, dijo la madre.

“Es que la maestra dijo que para hoy iba a tomarnos algo oral…”, se justificó la criatura.

Cuánto hubiera dado Gabicá para que la primera pregunta de su hijo hubiera sido sobre la “lección oral”. Y cuánto hubiera dado el niño, tal vez sin saberlo, para que aquello que la maestra le hiciera fuera “sexo oral” y no “lección oral”. Lamentablemente para ambos, fue al revés. Pero, seguramente, ése día, Gabicá le demostró a su hijo que puede haber una charla sincera y sin mentiras entre ellos, aún cuando se trata de temas difíciles y, supuestamente, tabúes. Seguramente, ése es uno de los pilares más fundamentales para que el niño sepa, aunque sea de pura casualidad, lo valioso que es poder confiar en su madre siempre.

25 comentarios:

  1. Con este relato me sentí muy identificada como mamá!!! Qué divertidos son estos aprietos cuando ya pasaron, pero en el momento en el que pasan una quiere tener una taladro y cavar un túnel hasta Japón!!! Felitaciones Cecilá por este Blogadito y felicitaciones a Gabicá por la sinceridad.

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  2. Ceci muyyyyyy buenos!!!
    te sigo
    ya quiero mas

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  3. La relación que tenemos con los chicos es el resultado de nuestro proceder en estas ocasiones. Como padres, si somos sinceros, ellos luego serán sinceros con nosotros. Si, en cambio, somos esquivos, también probablemente ellos lo serán el día de mañana.
    Muy bueno.
    Jorge

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  4. Ceci :Muy bueno !!! Me encantó !!! Qué lindo sería ,que la sinceridad se pusiera de moda.El mundo sería un lugar mejor. María Teresa

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  5. Es el cuarto comentario que mando. Ya me olvidé lo que puse pero más o menos digo que está muy buena la respuesta de Gabicá aunque le haya costado llegar a decidirse a decir la verdad.Pero se debe haber tranquilizado al comprobar que su hijo ni se inmutó. Es que los chicos de ahora están super estimulados en todo lo que se refiere al sexo.

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  6. Creo que mis comentarios no quieren salir .Me pareció bueno el tema y muy de actualidad . Si no preguntale a Graciela Alfano!!!Elba

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  7. muy bueno. te re-banco, Ceci.
    además me pone en tema porque soy padre desde hace 20 días. Beso

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  8. Me pareció de una calidad muy buena para tratar temas como estos con delicadeza

    Dr. Amadeo Trannack
    Amadeotrannack@yahoo.com.ar

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  9. Ceci...
    Gracias por compartir tus blogaditos con todos nosotros. Felicitaciones.

    PD: Andres Perrone, tenes 10 años de ventaja para ir pensando tu respuesta y mantener tu pulso normal y la nuca seca...

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  10. Había un viejo chiste: ¿Papá que es el sexo? pregunta el nene de 8 años- Ante lo cual el padre, luego de respirar hondo, emprende una larga explicación sobre los mecanismos reproductivos de la especie humana, la que provoca, una vez finalizada, la siguiente respuesta: "Bueno, ¿pero entonces que tacho en el boletín donde dice Sexo: masculino/femenino?
    Moraleja: hay que esforzarce siempre para entender que nos está preguntando el otro si no queremos sumergirnos en largas y, a veces, innecesarias explicaciones.

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  11. Mi hijo Thomy (5 años) tenía muchas "amigas" en el jardin que estaban interesadas en ser sus "novias". Obviamente, Thomy siempre decía que él no queria tener novias porque no se quería casar. Un día en el auto me pregunta: "Ma ¿cómo voy a hacer, si me caso con las tres, necesito tener una casa muy grande, sino dónde voy a poner a todos mis hijos?".
    Atónita y tratando de no largar una gran carcajada le contesto que no se puede casar con las 3 al mismo tiempo, y que además todavía falta mucho tiempo para eso. Pero él me contestó "...si en los Simpson un amigo de Homero tiene muchas esposas, sí que se puede...".

    Mónica.

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  12. Otra anécdota, esta vez de mi hijo más chico. Hablando de la Independencia y de la Casita de Tucumán, le cuento que todos viajaron un montón para llegar hasta Tucumán, entocnes me interrumpe, y me pregunta “ a dónde…a MI cumán?”
    No sabía que era un "cumán", pero seguro que era de él!!!!
    Mónica

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  13. Hola Cecilia: grande lo tuyo, me parece divertido.

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  14. Ceci, Me encantó la manera en la que describís las situaciones, me parecieron muy naturales y graciosas. Vamos para adelante!!
    Agustina

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  15. gallo o galla, NO PODESSS!! país generoso si los hay. excelentes los blogaditos ce, espero la siguiente entrada! Romiculichi

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  16. Hola Ceci,

    Felicitaiones por sacar el blog....tardaste un poco, pero por fin lo hiciste...

    Mucha suerte con todo, ya sabes que siempre te apoyo (aunque desde lejos, ¿no?.

    Cesar

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  17. Hola a todos, muchas gracias a todos aquellos que dejan comentarios. Para los que consultaron a través de otras vías, Gabicá existe y esta es una historia absolutamente real.
    También quiero decirles que el blogspot ha tenido algunos inconvenientes para publicar los comentarios. Por este motivo, les pido a todos los que quieran comentar que si no pueden hacerlo poniendo su nombre y dirección de mail (en la opción nombre y URL), prueben dejando en blanco el campo URL. La otra alternativa es comentar como anónimo y luego firmar el mensaje. Si aparece un cartel rojo que dice la URL contiene caracteres no permitidos, significa que el mensaje no se ha enviado.
    Saludos a todos y, nuevamente, gracias por sumarse a los blogaditos con sus comentarios.

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  18. Uhhh... terrible pregunta. Pero las mujeres suelen ser rápidas para reaccionar. Bien por esta madre, felicitaciones. Una vez, cuando era chico, le pregunté a mi vieja qué era "orgasmo" y me dijo (todavía me acuerdo): "no sé nene, la verdad, no sé". Siempre em quedé con la duda de si fue una excusa o la cruel realidad.
    Muy bueno

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  19. Ja ja, Yo también tengo unos siete años de ventaja, pero igual no creo que me salga una respuesta semejante tan naturalmente. Mi hijo de tres también me hace preguntas todo el tiempo, pero por suerte todas naif. Saludos, me gustó mucho.

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  20. A como vienenlos pibes hoy, Andrés y Penélope, yo creo que no tienen tanto tiempo de ventaja, eh. Si esperan 10 años, ellos les van a enseñar a ustedes.
    Saludos!

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  21. Original, muy realista, seguramente a màs de un padre o madre jòven sacaràs de apuro.
    Despuès de todo si de nosotros parte, ver natural lo que es natural, para ellos serà mucho màs fàcil no?
    blanca patricia

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  22. Muy bueno, lindo recuerdo. Muy jocoso ahora, pero me imagino en el momento. Igual, pensémoslo: es mejor transpirar en el momento pero después reconfortarse sabiendo que se respondió como un hijo se merece: con sinceridad.

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  23. Siempre es mejor explorar primero porqué los chicos preguntan lo que preguntan. Pero decididamente es fundamental no mentir. Bien por esta mamá. Muy buena la descripción de la circunstancia y el desenlace. Es el mejor mensaje para todos los que somos padres.

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  24. Mamita, qué preguntita!

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  25. Por ahí leí que hay que contestar esas preguntas contestando con la verdad, directamente, y exclusivamente sobre lo que el chico preguntó, o sea, sin agregados.

    Nada de París y repollos, y nada de explicar al mínimo detalle.
    El propio niño va a preguntar más si no le queda claro, o se dará por satisfecho.

    Lo probé durante años y siempre quedamos contentos todos.

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